Desde sus inicios, los productores de películas de animación han sentido la necesidad de superar la bidimensionalidad propia de la técnica de acetatos en animación (plana por definición), desarrollando procedimientos que pudieran crear la ilusión de trimensionalidad. Se centraron básicamente en conseguir efectos de profundidad en los escenarios, ya que la corporeidad y el movimiento en el espacio de los personajes se consiguen mediante un buen dibujo con volumen.
Para ello, a lo largo de los años, fueron desarrollándose procedimientos técnicos que cristalizaron, sobre todo, en la invención de la cámara multiplano. Este artilugio, conseguía la sensación de profundidad de campo en los fondos, descomponiendo éstos en diferentes capas y regulando la distancia entre ellas.

En 1933 Max Fleischer diseñó un tablero circular rotatorio sobre el que se montaban unos recortables con los elementos del fondo (casas, árboles, etc). Los acetatos con la animación se colocaban en una marco de cristal frente al escenario de modo que la cámara al filmarlos incluyera a éste. Cuando el tablero rotatorio se giraba una fracción de centímetro con cada fotograma filmado, los recortables del fondo, situados a diferentes distancias de la cámara, se movían con una perspectiva muy realista. Un paso más allá se consiguió al sustituir los recortables planos por autenticas maquetas tridimensionales. Todas estas invenciones y sus mejoras, fueron diseñadas por el propio Max Fleischer con la asistencia del técnico del estudio John E. Burks.


En estas paginas, procedentes del número de noviembre de 1936 de la revista Popular Science, se describe perfectamente e ilustra con detalladas imágenes el procedimiento. El material original fue publicado por Jerry Beck en Cartoonbrew.

